sábado, 27 de octubre de 2007

MI ULTIMA VOLUNTAD

Casualmente (y digo casualmente porque nunca había pasado antes) ahora que se acerca el día de muertos he estado teniendo pensamientos tanáticos (no se si esa palabra existe, pero se refiere a la muerte en todo caso). O tal vez sea por la seudo pulmonía que me aqueja y no me deja dormir, puede ser que por eso siento que la flaca viene a buscarme justamente en estas fechas en las que los muertos son los protagonistas. Y como yo también, al menos una vez en mi vida, quiero ser la protagonista, espero aquí a la muerte completamente resignada e incluso he de aceptarlo, emocionada por conocer el misterio de lo que hay más allá. Pero que la espere amablemente, no quiere decir de ninguna manera que me vaya a agarrar desprevenida a mí y a mis más cercanos, que como son los que se quedan, tendrán que dar razones, explicaciones y hacer arreglos para el funeral.

Y como seguramente brotará de alguna boca la frase de “a Mariana le hubiera gustado” o “Mariana hubiera querido”, de una vez hago todas las aclaraciones de lo que me gustaría para mi ceremonia de despedida de este valle de lágrimas, como le llaman algunos.

Las instrucciones son simples, de hecho. Me morí de pulmonía. Aunque la autopsia, los doctores e incluso la intuición revelen otra cosa, yo preferiría que dijeran que fue pulmonía porque esa enfermedad suele dar en el invierno, y a mí me gusta el invierno. Aparte que suena muy intelectual la palabra “pulmonía”: simple, pero revela en sí misma una gravedad y una pesadez que no podría resucitar a nadie. E invoca una condición de antaño. Esas enfermedades de nombres muy modernos me molestan porque son la suma de iniciales de palabras impronunciables que de entrada no se puede saber en que parte de cuerpo atacan.

Ahora, las instrucciones para mi funeral. Primero, es necesario tener en cuenta que mi muerte será un evento muy trágico por lo que se espera mucho drama, lloriqueos, gritos y aullidos constantes. Será requisito inquebrantable que todos vayan completamente vestidos de negro, sin un solo vestigio de otro color.

Todos están invitados, como siempre. Pueden ir parientes cercanos, lejanos, amigos, amigos de los amigos, parientes de los amigos y demás colados. El único requisito es que vayan de negro y lloren durante todo el tiempo que estén presentes, intercalando entre sollozos las siguientes frases (pueden escoger una o varias y se puede ser creativo siempre y cuando se conserve la idea principal):
es que Mariana siempre fue taaaan buena, ¿qué vamos a hacer sin ella?
Mariana era un ángel, ¿qué va a ser del mundo sin ella?
Mariana siempre fue amable, amigable, sonriente, nunca vio maldad en el mundo….no concibo el mundo sin ella.
Mi madre, obviamente dirá frases mucho más dramáticas como “no Dios, llévame a mí” y mis amigas hablarán de las buenas experiencias que tuvimos juntas. Mis galanes….bueno, creo que ellos no asistirán porque no creo que recuerden exactamente quien era yo, si es que recuerdan mi nombre, pero si alguno llegara a tener el descaro de presentarse, alguna de mis amigas (o pueden ser todas, eso lo dejo al criterio de cada quien) tendrán que ir hasta donde está él y decirle: “por tu culpa se murió ¡desgraciado! Si la hubieras cuidado, si la hubieras amado nada de esto hubiera sucedido….ella no tenía por que morir, te hubieras muerto tú!” (ahora que recuerdo, eso se le ocurrió a Nadia Mejía Haro, así que ella sería al más indicada para soltar la frase, pero todas pueden decir algo parecido, confío en su capacidad histriónica y su creatividad)
Después de varias horas de llorar y hablar de mí y sólo de mí, podrán retirarse a cenar, tomar café y demás labores de rutina y a partir de ahí se podrán olvidar de mí y seguir con sus vidas como si nunca hubiera existido. Nunca me ha gustado la fama ni el protagonismo prolongado. Sáltense el entierro y esas cosas ya que el proceso va a tardar. Aprovecho para expresar mi voluntad de ser embalsamada, que mis órganos funcionales sean donados y en su lugar me rellenen de órganos hechos de oro puro de 14 kilates y así me entierren en un panteón en la ciudad de Berlín. No tengo nada que ver con los alemanes, pero los panteones en Berlín son como parques y tienen banquitas, caminitos de grava y muchos arbolitos, así va a ser más ameno ir a visitar mi tumba de vez en cuando.
Con esto termina mi breviario sobre mi despedida de este mundo que me ha dado varias desdichas, pero principalmente alegrías y también me ha dado muchas cosas a base del mínimo esfuerzo, lo cual aprecio de sobremanera porque a mí jamás me ha gustado sacrificarme por nada. Y lo más importante, familia cercana y lejana, amigos, amigas y gente en general: acuérdense que los voy a estar viendo desde el Cielo tocando mi arpa dorada, así que cualquier fallo o incumplimiento de mi ultima voluntad, será castigado con un jalón de patas durante varias noches seguidas y después cuando a mí se me ocurra para que les de más susto.
Dicho lo anterior y sin más por el momento, agradezco de antemano sus atenciones ahora y después de que cruce el umbral hacia el más allá.

1 comentario:

Mnk dijo...

once again...STANDING OVATION!! amiga para mis era un placer asisitir a tu funeral y no porque este feliz por tu ausencia sino feliz porque estaras siempre junto a mi, por lo demas no te preocupes que sere una de las encargadas de mentarle la madre a esa bola de patanes que no han sabido amarte y para que de una vez sepas, mi frase en ese dia sera..."y no llores cabron, ella se fue por tu culpa..por puto cabron pot puto"..asi sera amiga, con la pena y la no pena de gritarlos para que todos sepan que son una bola de malnacidos..ok ya me pase de lanza..pero amiga no tardes en llevarme porque sola en este mundo sin ti seguro me muero en chinga, sino es que primero me matan por loca